La gente de Kodak utilizó, principalmente, cámara de Super 8, un sensor CCD experimental y un grabador de cassette para dar vida a su proyecto de cámara capaz de hacer fotos sin carrete. Una vez tomada la imagen, que tenía 100 líneas de resolución, tardaba 23 segundos en grabarse en la cinta que, tras reproducirse en un aparato especial, podía verse en un televisor en blanco y negro.
El sistema apuntaba maneras y prometía, pero fue desechado porque decían que nadie querría ver fotos en la tele ni podía enseñarse a las visitas con la misma facilidad que un álbum tradicional.
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