Parece que últimamente las cosas se mueven a mi alrededor (o dentro de mi), y los cambios dan miedo. Siempre está el miedo a lo desconocido, es mucho más cómodo quedarse como estamos, aunque eso nos prive de una vida mejor, más libre, más feliz, más satisfactoria. Libre de nosotros mismos, pues los miedos no son más que cadenas, monstruos que se ponen ante nosotros y que si nos atreviéramos a dar el paso de afrontarlos, veríamos que son el humos de una nube de oscuridad que habíamos creado ante nuestros ojos, para no ver la luz de una nueva realidad, que quizá es, hasta mucho más bonita que la que vivimos.
Pero siempre afrontar esos monstruos cuesta, por mucho que sepamos que son de humo.
Gracias a quien me mandó este vídeo y a todos los comentarios de apoyo que lo acompañaban.
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